jueves, 9 de mayo de 2013

INNOVADORES Y COMPROMETIDOS

Un emprendimiento social tiene que ser rentable para pode existir, porque no puede vivir de subvenciones.
Un emprendimiento tradicional tiene una cuenta de resultados. Uno social tiene dos: económica y social.
La finalidad del emprendedor no es generar tanto dinero como generar un bien social: personas, ecología.
Un emprendedor tradicional detecta nichos de negocio. Uno social detecta nichos de necesidades sociales. Eso no significa no buscar beneficios, de hecho tiene que buscarlos y lo tiene más difícil que un emprendedor tradicional. Eso sí, hay que ser autosostenibles. Tradicionalmente los emprendimientos sociales han sido financiados por las AAPP, pero deben ser autosostenibles: lotería, mercadillo, productos o servicios con finalidad social y susceptibles de ser comprados.
Se tiende a equiparar al emprendedor social con ONG, pero no lo es. Debe generar ingresos, dinero, para poder existir.
El problema no es la rentabilidad, sino que se hace con esa rentabilidad. Una empresa tradicional busca rentabilidad para crecer, el social pretende un cambio social, y por lo tanto utiliza la rentabilidad para reinvertir en su propio proyecto y aumentar el impacto social de su proyecto.
Se trata tomar lo mejor de una estructura empresarial para dedicarlo a un fin social.
Una empresa puede ser todo lo socialmente que quieras que sea.

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